viernes, 15 de enero de 2010

Ojos y piel, la batalla perdida reaccionaba contra su vientre, un monopolio de imágenes sustituidas peregrinan el aire y acompañan tintas caligráficas, un hombre blanco se apodera de ideas y marcha destruyendo pobres de la tierra, la existencia se encapsula por metas y fronteras cubanas. Sangres en caídos, utopías de vida, se enlazan en revolución, el espejismo humano se desgarra las muñecas y asfixia lo inevitable. En un país al revés todo se viste diferente, lo cotidiano se vuelve opresión y la maquina de sueños se enciende en el instante que surgen los hombres de revolución.
Un niño se persigna mientras las águilas bombardean su familia, el pasaporte a lo inevitable era impuesto, las dichas desdichas se entreveran en la piel borrando sonrisas, y así la valentía solamente se recuerda cuando menciona Ernesto “Che” Guevara.

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